La presión sanguínea es la fuerza que la sangre ejerce sobre la pared de los vasos sanguineos. Durante la sístole, esta presión hace que las paredes arteriales se estiren. Durante la diástole tambien la presión se ve levemente aumentada por la retracción de las arterias después de estirarse. La elasticidad de las arterias es la responsable de que la presión no sea tan alta. El máximo de presión es la presión sistólica y el mínimo la presion diatólica. El pulso arterial se debe a estas dos presiones. Ambas se expresan en mm de Hg (120 mmHg y 70 mmHg respectivamente).
Entre los factores que afectan la presión sanguínea están: elasticidad arterial, resistencia periferica, volumen del liquido extra celular (LEC), debito cardiaco y viscosidad de la sangre.